Converjo con Arguedas, tenía razón al describir sus experiencias vividas en aquellas épocas, la resistencia de la nación, renunciar al alma; fuimos un gran pueblo, oprimido por el desprecio social, la dominación política y la explotación económica en el propio suelo donde realizó hazañas por las que la historia lo consideró como un gran pueblo, para luego convertirnos en un nación acorralada, aislada la cual podía ser más fácil de administrar (más fácil de humillar diría yo); nuestro Perú es una fuente infinita para la inspiración, ricos en variedad cultural y gastronómica.
Puede que los extranjeros nos superen en técnica, pero en arte nadie nos gana, pues como dije antes somos un país rico en diversidad y de eso hay que estar muy orgullosos.
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