En Ayacucho sierra sureña cerca al pueblo de Chuschi vivía Abel, era un chico trigueño, alto de ojos café, risueño y algo callado que le gustaba mucho la música y pasaba los ratos tocando guitarra, dibujando o escribiendo versos para Louise su enamorada, Louise era una chica de ojos cafe, tes clara, cabellos ensortijados que sonreía cada vez que veia a Abel, para aquella pareja era amor y tranquilidad, pues a pesar de las diferencias y arengas que ocurrían entre los amigos de Abel y Louise la pareja se las ingeniaban para verse a escondidas y disfrutar de cada momento compartido.
Abel tenia la costumbre de ir con Louise a un valle donde abundaba el verde hermoso de la naturaleza que contrastaba con el azul del cielo y el blanco de las nubes, Abel siempre llevaba su guitarra para cantarle a Louise y cuando se le iba el aliento al cantar el tocaba dos piezas instrumentales para Louise una llamada La Huida de los Amantes por el valle de los ecos y la otra La balada de la doncella enamorada, cada vez que Louise escuchaba la balada de la doncella ella danzaba para Abel, y así aquellos enamorados que se dejaban llevar por el trance de la música y el valle de los ecos era testigo del amor.
Pero no todo era felicidad, pues la maldad y la envidia rondaban por las mentes de aquellos que maldecian esa relación que decidieron poner fin al amor de aquellos amantes tendiéndoles una trampa para separarlos. Una tarde Louise iba a escondidas hacia el valle de los ecos como cada tarde, pero ignoraba que un individuo la seguía Louise se percato de que aquel individuo sombrío que la seguía era un demonio invocado por aquellos que maldecian su relación y fue así como aquel demonio invocado se llevo del alma de Louise y Louise murió aquella tarde camino al valle de los ecos. Abel espero por Louise aquella tarde en el valle y Louise nunca llego, pasaban las tardes y Abel esperaba con su guitarra en el valle hasta que una mañana se entero que aquellos que decían ser sus amigos habían invocado a un demonio para que los separara pero ellos no esperaban que el demonio se lleva el alma de Louise y la matara, Abel al enterarse salio corriendo como un animal endemoniado hacia el valle, empezaba a ponerse oscuro y se acercaba la tormenta, la lluvia cayo y Abel seguia buscando taciturno a Louise y en el camino encontró en el suelo una pulsera que él le había regalado, con lágrimas que brotaban de su ser Abel no aceptaba la partida de su amada y cada tarde como era su costumbre él iba al valle con su guitarra y tocaba aquellas 2 piezas instrumentales esperando volver a ver a Louise. Pasaban los días y Abel seguía esperando por ella y así transcurrían los días y Abel desapareció aquellos que decían ser sus amigos ya no lo veían y hasta creían que había muerto en el valle esperando por Louise.
Abel había adelgazado, solo comía cuando se acordaba de que era carne y hueso, su cabello estaba largo y se había dejado la barba, producto de la soledad y depresión Abel empezaba a tener alucinaciones y se desconectaba totalmente de la realidad y maldecía a aquellos que lo separaron de Louise y fue así como Abel se volvió loco y divagaba cada noche en el valle, aquel valle que fue testigo de su amor aquel valle que seria el escenario de un suceso que cambiara su vida para siempre, desde la partida de Louise llovía cada noche en el valle, Abel gritaba y se retorcía en el piso maldiciendo y jurando venganza para quienes la felicidad le arrebataron, lo único que mantenía cuerdo a Abel era tocar su guitarra una tarde camino al valle escuchó una melodía que llamo su atención, caminando y buscando encontró a un señor que tocaba la guitarra, era un hombre taciturno de rasgos andinos de cabello largo y barba de color cano, se acerco y le pregunto sobre esas melodías que tocaba y señor el respondió son huaynos tradicionales del pueblo, acaso no eres de aquí? Abel respondió sí, soy de aquí pero yo toco otro tipo de música bueno en realidad ahora vivo en el valle y fue así como le contó su historia y como perdió a su amada y la venganza que planeaba para aquellos que le hicieron daño.
Abel cautivado por la música que tocaba aquel señor le pidió encarecidamente que por favor le enseñara a tocar esas melodías que llamaban mucho su atención el señor se negó rotundamente y le dijo lo siento no puedo luego abel pregunto el porque y este no le respondió, Abel pregunto su nombre y le respondío: mi nombre no importa solo te puedo decir que me llaman el Saqra de la guitarra es más soy un demonio que calma su alma llena odio y rencor tocando guitarra pues veras yo también perdí a mi amada y cada noche atormento a aquellos que me arrebataron la felicidad.
Al enterarse de esto Abel le preguntó: que debo hacer para que usted me enseñe a tocar esas melodías y el Saqra respondió: sabes hace años que no descanso por esta venganza y resentimiento y necesito un descanso a mi alma atormentada permite que mi alma resida en tu cuerpo y a cambio yo te dare mi guitarra y cada vez que toques mi guitarra mi espiritu se apoderara de ti, seremos uno y tocaras la guitarra y aquellas melodías que te gustan tanto, pero te advierto así como yo no descanso por que atormento a aquellos que me hicieron daño tú tampoco lo harás llevaras una doble vida de día seras otro mortal más y de noche seras el Saqra y atormentarás a aquellos que te robaron a tu amada, atormentarás a sus generaciones y lo harás por siempre por que cuando aceptes este pacto dejaras de ser un mortal y te volverás un demonio un Saqra como yo y vagaras por siempre con mi guitarra sin amor ni sentimientos para que no vuelvas a sufrir nunca, ahora entiendes por que no quiero enseñarte a tocar estas melodías? Abel Respondió: acepto, que mas puedo perder si ya perdí a mi amada, ya no me interesa nada más que la venganza acepto ser el Saqra y así Abel hizo el pacto con el Saqra en ese instante aquel señor desaparecíó y solo quedo su guitarra, Abel cogió la guitarra y empezó a tocar aquellas melodías que ansiaba aprender y fue ahí cuando el espiritu del demonio salió y se volvieron uno y fue así que Abel empezó una nueva vida con otro nombre, de día era un mortal más pero de noche se convetiá en el Saqra el eterno tormento.
por Ronald Yauri
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